El ferry atracó en el puerto de Lanzarote, y montados en la furgoneta, volvimos a pisar la tierra de Lanzarote, así se cerraba el bucle que comenzamos hace un año.

Con este viaje habíamos cumplido un sueño, y ahora los sentimientos eran difíciles de clasificar, de agrupar, como siempre que consigues algo que creías inalcanzable, no lo acabas de asimilar.

Ya está, ya lo hemos hecho, ha sido increíble, ha superado nuestras expectativas, pero por otra parte todo sigue igual, yo sigo igual, y en una semana volveremos a trabajar, a tener vidas normales, y a estar inmersos en nuestra rutina.

A sacar dinero para todo, a volver a usar el móvil, ver la tele… joder y pensábamos que no íbamos a tener depresión.

Ya han pasado unas semanas desde la llegada, es tanto lo que hemos vivido este último año que es difícil, de agruparlo en un solo pensamiento, han sido cientos, miles de recuerdos, de lugares, de caras , de amigos , animales, de atardeceres y amaneceres , montañas, rios, mares y valles, demasiadas vivencias para clasificarlas como un viaje, han sido miles de viajes.

Una de las cosas que más nos preguntan nuestros amigos es , con que nos quedamos de toda la experiencia, que destacaríamos.

Quizá la esencia del viaje en sí, la incertidumbre y la emoción ante un nuevo destino, el sabor de compartir una hoguera charlando con nuevos amigos, el asombro de verte desbordado por la belleza de la naturaleza en tantos lugares increíbles, el poder ver un canguro al atardecer saltando cerca de tu tienda o un delfín nadando a tu vera el la playa, correr rodeado de leones marinos, o pasar la noche con una familia nómada.

Los amigos que hemos conocido, gente increíble, loca, echada pa´ lante, de los que te cargan de energía y te contagian las ganas de seguir viajando y descubriendo nuevas fronteras, como nuestros de amigos del alma , Mónica y Ramón, que manda huevos que me tuve que ir hasta un pueblecito perdido en Laos, para encontrarme un paisano de Torrelavega, y resultaron ser todavía más buena gente de lo que nos parecieron al primer momento, menos mal que nos quedan muchos viajes juntos en el futuro.

Muchos más amigos que compartieron unos días de viaje con nosotros, y que nos enriquecieron con su compañia y sus historias, Marilyn , la loca francesa, Abdu, las chilenas Maribel y Carola, Augusto , Iban y Elodie, Sajmon en Malasia, Thomas en Laos, Albert en Java, Sara y Tamara, en Nepal, Edurne y los vascos en Nepal, también Thomas y Yumiy, Ingrid y Ander y Aloña en Mongolia, Erka y Gana, dos mongoles que nos demostraron el significado de la palabra hospitalidad, muchos más que nos dejamos, todos han contribuido a hacer nuestro viaje más intenso e inolvidable si cabe.

También toda esa gente que nos ha enseñado a portarnos mejor cuando veamos a unos guiris perdidos que necesitan ayuda, imposible contar las veces que nos han tendido la mano sin esperar nada a cambio, desde Nueva Zelanda a a Portugal la gente buena ha superado en mucho mucho a la no tan buena, y podemos contar las malas experiencias con los dedos de una mano, sin embargo necesitaría otro blog para contar las buenas.

Ah se me olvidaba, recupere todo el dinero robado en San Petesburgo, el banco reclamno los casi 4000 Euros que habían gastado con mis tarjetas, y al final todo se quedo en unos dias de bajona.

Agradecer de corazón a todos los que habéis seguido este blog y habeis querido viajar con nosotros, desde los que habéis llegado a él por casualidad hasta los más fervientes seguidores que nos habéis animado con vuestros mensajes, a seguir sacando fotos, y sobre todo a seguir escribiendo, cada vez que veiamos el contador de visitas nos dabais un pequeño empujoncito de moral para seguir currandonos el blog.

Y de paso nos habéis obligado a dejar un recuerdo del viaje inolvidable para nosotros.

Bueno también me gustaría agradecer a Ignacio Izquierdo los consejos y ayudas que me dio para echar a rodar este blog, si queréis ver fotos chulas de verdad  y relatos, no dejéis de visitar su blog, Crónicas de una Cámara,en la columna de la derecha tenéis su enlace.

Otra pregunta recurrente de nuestros amigos, es, si teníamos ganas de llegar a casa, si se nos hizo largo el año, si pensamos en volver antes, si ya estamos cansados de viajar… y la respuesta es un claro y rotundo , ni de coña, habríamos seguido sin fecha de vuelta de no ser por el curro, más después de conocer a tanta gente que continua con su viaje por nuevos destinos maravillosos, todavía se nos acelera el pulso cada vez que extendemos un mapa sobre la mesa, y empezamos a imaginar nuevas rutas, y tenemos varios proyectos para un futuro cercano, y cuanto más viajas, descubres más lugares que te gustaría visitar.

También nos ha sorprendido, la curiosidad que se desata al llegar a un nuevo país, las ganas de leer, de aprender su historia y de sus gentes.

Mucha gente siente curiosidad por lo que hemos hecho y siempre les decimos lo mismo, todo es muy facil, el mundo esta lleno de gente viajando sin billete de vuelta, y aunque al salir de casa nos parecía que eramos la ostia, viajando por el mundo eramos unos más, y ahora que hemos echo nuestros pinitos , la sensación es de que todo es más sencillo de lo que parece, y cuando no es tan facil, es aun mejor.

Puede que lo más cueste, sea tomar la decision de emprender el viaje, de dejar el curro, en nuestro caso por un año, dejar la casa, de alquiler para nosotros , dejar a los gatos y perra, familia y amigos, aunque solo por un año, pero si lo piensas en perspectiva, si todo va bien te vas a pasar mas de 30 años de tu vida trabajando, pasar solo uno ,sin trabajar no parece mucho, de echo nos parece muy poco.

Cuando tomamos a decisión de emprender el viaje, siempre surgían los impedimentos, y parecía que siempre había alguien que nos aconsejaba que lo dejásemos para más adelante, alguien que te ponía trabas para coger la licencia en en el trabajo, que te decía que no era el momento con la situación económica actual, que si no vas a deja r a los gatos tanto tiempo. Menos mal que no les hicimos ni puto caso y seguimos adelante!

Es muy fácil buscar una excusa y autoconvencerte de que no vale la pena hacer la maleta, que es más seguro y cómodo quedarte en casa y seguir con tu vida, pero ahora nos damos cuenta de todo lo que nos habríamos perdido de haber echo caso a nuestros miedos  y dudas, y es que siempre es mejor arrepentirse de lo echo que lamentarse por la ocasión perdida.

Dedicar un año de tu vida a hacer lo que más te gusta, en nuestro caso viajar con todo lo que conlleva, tan solo un año de tu vida, no nos parece demasiado, de echo habría que estar loco para no hacerlo.

 

 

Nos vemos en el próximo viaje!