Nada más llegar al guesthouse nos sentamos todos alrededor de un enorme mapa de Mongolia, y siguiendo los consejos de Bob, el encargado del lugar, empezamos a elegir rutas.
Desierto, montañas, lagos, bosques, gers, caballos, treking…. al final nos quedamos con todo, 13 días recorriendo las montañas centrales, pasando la mitad de las noches en gers, con familias nómadas y la mitad en tienda de campaña, el viaje comenzaría, en una indestructible furgo rusa todoterreno, y continuaría con dos días a caballo, dos días a pie y vuelta a la furgo, para completar 13 días.
Estábamos ansiosos de empezar!!
Día 1. Ulaan Batar, campo a los pies de una montaña.
Nos levantamos muy pronto, impacientes!! tras un desayuno especial de bienvenida , nos subimos a la furgo, y conocemos a nuestra guía Boogy, una chica muy joven y muy maja, y Inbish, el conductor, una maquina pilotando por las tortuosas carreteras y un encanto de tío.
El primer día nos tocaba paliza de coche, pero el terreno es tan divertido y bonito que se hace entretenido, lo primero que nos dejó sorprendidos, es que a los 190 Km de salir de Ulaan Batar, se acabó la carretera, y seguimos, por caminos, campo a través, cruzando ríos, preguntando en los gers, las tiendas de campaña nómadas, en esta zona no hay carreteras, y mucho menos señales, así que conducir , requiere mucha experiencia.
El cielo era impresionante en contraste con el verde de las montañas, y lo bueno de Mongolia, de momento, era que era exactamente lo que nos habíamos imaginado.
Paisajes inabarcables con la vista, naturaleza salvaje, muy poca gente, algunos gers, caballos, yaks, y todo esto extendiéndose por miles de kilómetros.
La primera noche acampamos a los pies de una montaña, en un sitio precioso, descubrimos que Boogy era una cocinera de la hostia, y nos fuimos a la cama bajo un cielo lleno de estrellas.
Día 2. Campo a los pies de la montaña , gers al lado de un río.
El segundo día también nos tocaba paliza de carretera, bueno de camino, el paisaje siguió sorprendiéndonos a cada valle que cruzábamos y después de pasar por un pequeño pueblo, llegamos a unos gers a orillas de un río, nos quedábamos a dormir con una familia, y aunque esperábamos un poco de paripe para turistas, nos quedamos gratamente sorprendidos,
Nada más llegar nos invitaron a comer una especie de quesos muy diferentes, con sabor a mantequilla, yogurt.. eso es básicamente su dieta y te con leche, muy fuerte pero bueno.
El cabeza de familia, un chico joven, pero con una presencia que imponía respeto, se mostró como nos había contad Gana, muy serio, pero muy correcto, para ellos es normal tener gente en casa y se portan como si fueses uno más, no te hacen ni más ni menos caso que al resto de miembros de la familia.
A la caída de la tarde, la familia empezó a hacer todas las tareas diarias, las mujeres a ordeñar a los yaks, y los hombres a cabalgar en busca del ganado para reunirlos a todos.
También vimos como las mujeres hervían la leche, para separar la nata, para preparar queso, yogur, y mantequilla ,como los niños jugaban con las cabras, en fin, su día a día, una vida tranquila y hermosa.
Por la noche sacamos la primera botella de vodka, que compartimos con la familia, sin desfasarnos, que al día siguiente nos tocaba cabalgar.
vaya una experiencia, sin palabras
Gracias!!