Hay ciudades en las que al poco de llegar te sientes como en casa , no sabes por qué, pero tienen personalidad , algo que te hace sentir a gusto, donde la gente es más cercana y todo parece fácil, pues bien Sydney no es un de ellas.
Es una ciudad grande y como todas las grandes ciudades, ruidosa y extresante, y cara no, carísima, los precios son insultantes, por lo que hace que estés todo el día en estado de alerta a ver si te van a cobrar por mirar donde no debes.
En serio, pagar por dormir en una habitación compartida de cuatro camas, 48 dólares por cabeza es vergonzoso, al final encontramos la opción «económica» a 38 dólares por cabeza compartiendo habitación en un hostal que parecía una sauna, pero eso es lo que hay, lo coges o lo dejas, y como no encontramos un vuelo a Perth hasta dentro de tres días, pues a joderse.
La bahía y el Opera House, junto con el puente son preciosos, pero no justifican la estancia en la ciudad por más de dos noche ,en mi opinión,por lo menos en nuestra situación.
Otra cosa es que seas el tipo de mochilero de la costa este australiana, es decir un niñato forrao con la única preocupación de emborracharse cada noche.
Y es que fue, una de nuestras decepciones, el tipo de viajero que nos estamos encontrando en Australia, es muy diferente a lo que nos esperábamos, menos mal que hablando con más gente , sentían lo mismo, porque ya estábamos preocupados de habernos convertido en unos viejunos que no aguantan una mosca.
Quizá viviendo allí sea otra cosa, con un sueldo acorde a el nivel de vida , y la playa tan cerca quizá no sea tan malo.
Eso sin Bondie Beach nos pareció sobrevalorada, una playa mas de ciudad abarrotada de gente.
Y luego estaba el tema turístico, los aborígenes disfrazados haciéndose fotos con los turistas, nos pareció un poco triste.
El tema de los aborígenes lo vimos bastante serio, están muy marginados, solamente los ves vagando por la calle, pero nunca vimos a ninguno en un puesto de trabajo o con pinta de tenerlo.
Si lo piensas es muy triste llevan aquí desde hace 50.000 años, viviendo en armonía con la naturaleza, y en menos de 200 años se han visto completamente desplazados y convertidos en marginados sociales.
Tienen la cultura y el lenguaje mas antiguo que se conoce en el mundo, y parece que nadie los tenga en cuenta.
No se sabe a ciencia cierta como llegaron al continente, ya que tuvieron que llegar por mar, sin embargo no se tiene constancia de ningun pueblo que supiese navegar hace 50.000 años.
En su cultura no existia la propiedad privada ni tenían jefes, y tampoco palabras para decir hoy ayer o mañana. Eran un pueblo excepcional, que vivía en completa armonía con la naturaleza. Y como tantas veces en la historia fueros destuidos por el hombre blanco.
Aunque ahora parece que les están volviendo territorios y ayudando mas, parece que la integración esta bastante lejos.
Bueno, quizas Sidney, no esta tan mal y fueron sus altisimos precios lo que nos cambio el punto de vista…
Bueno próximo destino la costa oeste, que dicen que es mas tranquila y autentica, esperemos que también mas barata.