Llegamos a Melbourne buscando un lugar tranquilo para pasar año nuevo, pero tras una noche en un backpackers, nos dimos cuenta que que necesitábamos alejarnos de las grandes urbes si queríamos tranquilidad .
Así que alquilamos un coche y tiramos para la Great Ocean Road, una carretera que bordea la costa, pasando por playas míticas de surf, zonas boscosas donde viven los koalas, y sobre todo, los 12 Apóstoles, unas formaciones rocosas que sobresalen del mar cerca de los acantilados de la costa.
Nada mas salir nos volvimos a cagar en la temporada alta, en el altísimo nivel de vida australiano con sus precios para ricos, y en la costumbre de pasar las navidades fuera de casa. La primera parte de la ruta resultó ser una romería, llena de gente, sin olas, y con todos, todos los campings llenos, así que nos hicimos más de media ruta preguntando por alojamiento, y nada.
Solo nos quedaba la opción de acampar en plan pirata y arriesgarnos a un multón de 1000 dólares, como anunciaban los carteles de prohibición. Pero como siempre suele pasar cuando ves todo negro, de casualidad vimos una tienda acampada en un prado, preguntamos y nos dijeron que fuésemos al bar, allí nuestro salvador nos dijo que por 11 euros teníamos camping, mucho menos de la mitad que en todos los demás sitios, y encima mucho mas tranquilos, parecía que teníamos una tregua a un día estresante.
De camino a los 12 Apóstoles, pudimos ver a los primeros koalas, nos sorprendió que fuese tan fácil verlos en libertad, pero como luego leímos, son muy territoriales y muy muy vagos, por lo que se pasan la mayor parte de su vida durmiendo y comiendo en un mismo árbol, así que lo teníamos chupao para sacar fotos, es una pasada su forma de vida, 18 horas de sueño al día , y una pachorra integral para todo, me recordaron mucho a un amigo…
Al día siguiente bien de mañana, llegamos a los Apóstoles, la verdad es que se tratas de un paisaje espectacular, y además había muchísima menos gente que en la primera parte de la ruta.
La fuerza del mar se encarga de erosionar la roca formando estas impresionantes monolitos, que van cambiando continuamente, ya que de los 12 Apóstoles ya solo son visibles 6, el resto han colapsado y se encuentran bajo el agua.
El resto de la costa era similar , acantilados que caen sobre el océano , que a su paso forma cuevas, puentes y cañones, como el famoso London Bridge, que en el año 91 se derrumbó dejando de ser un puente y convirtiendose en una isla, dejando a dos asustados turistas aislados en el mar, se salvaron por los pelos.
A la puesta de sol fuimos a ver otro espectáculo de la naturaleza, los pingüinos enanos, que viven por la zona de los Apóstoles, esperan a la oscuridad para salir del mar, recorrer la playa e irse a dormir a sus madrigueras, van saliendo de pocos en pocos pero siempre vuelven atrás para recoger a los rezagados del pelotón, ya que en grupo se sienten más seguros y son menos vulnerables a los depredadores, que son muchos. Es muy gracioso verles ir y venir mientras son arrastrados por las olas.
Como ya habíamos visto toda la carretera de la costa y aun nos quedaban días decidimos ampliar ruta hacia el interior, Los Grampians es un parque natural con una orografía bastante peculiar, y además según nos dijeron es uno de los mejores sitios para observar canguros en libertad.
Ya nos empezó a parecer la Australia más salvaje, paisajes mas desérticos , calor, y como siempre grandísimas distancias.
Nos quedamos helados cuando nada más llegar empezamos a ver canguros por todas partes, por lo visto a última hora de la tarde, van todos a comer a una campa y es fácil verlos.
Nunca habíamos visto uno y es una visión espectacular, cuando se ponen de pie, son gigantes, y es asombroso a la velocidad que se desplazan dando saltos, las patas traseras están hipermusculadas, y la cola que les sirve como balancín es enorme, nos pasamos casi media tarde sentados ente ellos sacando fotos, viendo como las crías de metían en la bolsa, una pasada.
Eso si, si te acercabas demasiado el macho de la manada se encargaba de decirte, de donde no tenias que pasar, y la verdad que cuando se ponen de pie acojonan.
Volvimos a hacer treking otra vez, eso si con 45 grados y entre las 12 y las 4, siguiendo sabios consejos de bocaseca man! luego por la tarde a comprar uvas, vino, champan, y así fue como pasamos la noche vieja con mucho calor ,pero contentos.
De camino para Melbourne, volví a tener un encuentro con la fauna salvaje, estabamos caminando por unos senderos en una zona de playas salvajes donde no había ni dios, cuando me encuentro un koala cruzando la pista delante mío, y yo sin la cámara, después de un sprint de 200 m, ya estaba otra vez allí, el koala estaba subido a un arbusto mirándome tranquilamente, a menos de 1 metro.
Estuvimos alli un buen rato haciendo fotos sin molestarlo , flipando con su aspecto de Gremlin bueno, hasta que yo, que no me se estar quieto, se me ocurrió acercarle una rama de eucalipto por si tenía hambre. Con lo que no conté, es que los koalas viven en los arboles,y para trepar tienen unas garras afiladas que parecen de adamantiun, así, que al coger la rama me cortó un poco los dedos, al principio me quedé asustado al ver la sangre, como diciendo, con la cara de bueno que tenias…pero luego pensé, que no lo había hecho atacando ,fue solo para coger la rama .
Así que un consejo , no os acerquéis tanto a un koala
Al dia siguiente, fuimos a ver unas catarartas, en la entrada numerosos carteles avisaban , que los pajaros salvajes ter pueden robar la comida, hay que ser tonto para que te robe un pajaro, pensé.
Las cataratas estaban muy chulas, y con tanto calor se agradecia el agua, nos pusimos a comer los restos de la noche,más que el bocadillo iba a ser de atún con caviar.
Así, que empecé a extender todo por el pan y cuando terminé, de repente sentí un dolor seco en la mano, cuando me quise dar cuenta el bocadillo había desaparecido y yo estaba lleno de caviar,a dos metros de mi un pajarraco una cabeza enorme me miraba con un trozo de pan en la boca. Era una Kucaburra y encima el cabrón se dejaba tocar y todo, había estado esperando pacientemente a que terminase de extender la comida para lanzarse como un misil a por el bocadillo!
Bueno nos quedamos sin comida pero el pajarraco nos cayó simpático!
Continuamos camino de vuelta, y en otra parada estuvimos alimentando a unos loros de colores, esta vez para mi sorpresa no atacaron, y es que es alucinante lo facil que estaba resultando ver animales salvajes. Por fin algo gratis en Australia! bueno gratis del todo no, solo por un bocadillo y un trocillo de dedo!
jo k cabrones, eso si k es viajar en condiciones y no lo k hago yo….menuda experiencia y cojonudo el blog!!!
Gracias prima!! pero no te quejes que lo tuyo tampoco esta mal, y encima te pagan!!
un beso
Joerr Berto si que es… de admirar esa manera de pasar la nochevieja!!! seguro no la olvidáis nuncaaaa!!!
También me admira tus photos, comentarios y sobre todo el tiempo que le dedicas al blog, para que otros, como yo, podamos contemplar tan magnifica experiencia….
graciasss y disfrutar de la frutaaa