Los diez mil Del Soplao, siempre será una prueba especial para mi, a pesar de que se esté convirtiendo en algo demasiado grande y quizás, corra peligro de perder parte de su esencia.
Aún así, dí mis primeras pealadas en estas montañas y durante muchos años fueron mi térreo de diversión, ya fuera caminando, corriendo , de acampada, en bici de montaña o de carretera.
También participé en la primera edición, esta vez en bici de montaña, en esos tiempos me parecía una burrada , hacerse 170km pedaleando, ahora 100 corriendo me parece algo normal, todo es cuestión de perspectiva.
En la linea de salida con Fran, Marcos y demás amigos nos situamos en primera fila, al lado de Sahar , mis padres y mi hermano, empieza a sonar Thundestrike de ACDC y el subidón de adrenalina es espectacular, cuenta atrás y salida a tope para quemar ese exceso de nervios.
Los primeros kilómetros llanos se cubren tranquilamente, y ya al empezar la subida me encuentro muy fino, veo que me podría ir en solitario pero prefiero ralentizar el ritmo y quedarme a la expectativa, así se va uniendo un grupito grande de unos 10 corredores, coronamos la Sierra de l Escudo y tomamos el cortafuegos hacia Ruente.
Ya esperaba mucha gente en el pueblo, pero la realidad supera las expectativas, miles de personas gritando, nunca vi nada igual, ya sólo por esta experiencia merece la pena correr esta prueba.
La gente se emociona y el ritmo se acelera, la verdad que me empiezo a encontrar un poco apático, no sufro , pero me cuesta entrar en carrera, así que me quedo en el segundo grupo intentando guardar fuerzas y esperar que me entren ganas de sufrir.
El terreno es rompepiernas hasta los Tojos, a partir de ahí un tamo de correr más cómodo, que ya me es familiar.
Voy en cuarta posición, pero al coronar Ozcaba me pongo segundo con muy buenas sensaciones. Sin embargo la bajada de bosque me corta el ritmo, se ven muy mal las balizas y hay que bajar con mucho cuidado de no pasarse un reflectante y perder el camino.
Llego a Barcena Mayor en cuarta posición, un poco desanimando al haber perdido posiciones, pero sigo com ganas de coger el podio.
Me anima ver a mis padres, a Sahar, Fran y Marcos que se han tenido que retirar… Mi hermano me dice que el primero me saca 10 minutos pero lleva muy mala cara , el tercero 2 minutos y el cuarto va conmigo. Asi que me permito pensar en una resurrección.
Sigo hasta el Moral con Cesar, que va muy fuerte, a lo lejos vemos al segundo. Nada mas coger la pista que nos llevará hasta la Ermita del Moral, vemos también al primero. Miro a cesar y le digo que voy a apretar , ese terreno de correr me va muy bien.
Miro el GPS, kilómetro 80 y rebaso al corredor que iba primero, le animo, pero veo que va bastante roto.
Intento analizar la carrera, tengo buen ritmo, ni no me caliento demasiado el corredor que va en cabeza caerápor si mismo, así que sigo sin cebarme, en los tramos d e subida mantengo el trote cuando el camina, voy recortando, en el km 85 lo cojo. Hablamos de que ya no queda nada.
Una vez que cojo la cabeza decido no mirar mas hacia atrás, me concentro en sufrir bajar fuerte y no caminar corriendo. Ultima subida , El Toral, un autentico muro, al llegar a su cima calculo que llevo unos 5 minutos de ventaja.
Deben de bastar pero no me relajo, sufro hasta Mazcuerras, allí me están esperando el equipo de asistencia, solo con ver su alegría cuando aparezco el primero , todo ha merecido la pena.
Me animan, me dan agua y ya sólo quedan 7km bordeando el rio, tediosos, pero ya huelo la meta.
Increíble los ánimos de la gente, esto se vive de una manera muy especial , llego a la recta de meta, todos chillando, mi madre llorando y Sahar salta la valla para entrar conmigo en meta con la camiseta, ya mítica para mi de NO COMO ANIMALES.
Indescriptibles las sensaciones de todo lo que se pude vivir en una noche de carrera, un carrusel de emociones que esta vez ha terminado en todo lo alto.
Es muy especial este resultado, en mi cuenta personal es la décima victoria en una Ultramarathon, siempre sin comer animales. Importante para poder seguir demostrando que vivir sin disponer de la vida de animales inocentes, es perfectamente saludable, incluso para llevar un alto nivel de exigencia deportiva.