No esperábamos mucho de el parque Nacional de las Secuoyas, si embargo bastó encontrarnos cerca del primer árbol para darnos grande de su majestuosidad, no solo son impresionantes sus dimensiones, y el entorno donde se encuentran , sino también sus características, estábamos cara a cara con arboles de mas de 3000 años de edad, cuesta hacerse a la idea, que lleven tanto tiempo viviendo impasibles, uno de sus trucos para sobrevivir es el grosor de su corteza, capaz de protegerlas de los incendios, lo que a su vez se convierte en su arma de supervivencia, el fuego elimina a los arboles mas pequeños y las deja libre de competencia para poder tener todo los nutrientes que necesitan de la tierra
De hecho cuando el hombre empezó a proteger la zona de incendios, sstuvo a punto de terminar con las secoyas, ademas con arboles alrededor el fuego podía subir hasta la copa de las secoyas y de esta manera hacerlas vulnerables al fuego.
Ahora hacen quemas controladas para preservar el ecosistema, culminamos la visita con el general Sherman, considerado el árbol mas grande del mundo. Impresionante.
De camino a las Vegas, debíamos cruzar otro Parque Nacional, Death Valley, se trata de una depresión de clima desértico con un paisaje bastante peculiar, pasamos de estar a bajo 0, a poder correr sin camiseta.
Antigua zona minera, con formaciones montañosas curiosas. Llegamos a Badwater, una laguna salada, llamada así , porque cuando llegaron los colonos , sus mulas no pudieron beber un agua tan salada, ademas tiene la particularidad que se encuentra por debajo del nivel del mar, su altura es -82m.
Para mi también es un sitio especial porque aquí se celebra una ultramarathon mítica, de unos 140 millas, donde la dureza no es el desnivel ni el terreno técnico, sino las altas temperaturas y la monotonía del recorrido, una carrera de unos 15km, que se me hicieron eternos sugiriendo la linea blanca de la carretea me hicieron una idea de lo dura que debe ser esta prueba, sobre todo a nivel mental.
Dejamos el Valle de la muerte, en dirección al Cañón del Colorado, y ya que las vegas nos pillaba de paso pues nos quedamos a dormir. Y aunque nos esperábamos una mierda, la realidad todavía fue peor, no nos pareció ni siquiera curioso de lo curte que es, una especie de centro comercial gigante rancio y hortera lleno de casinos, donde la gente con la mirada perdida pasa las horas dentad delante de una tragaperras. Nos fuimos por la mañana bien pronto, con destino a un lugar mucho más prometedor, el cañón del Colorado.