Unas imágenes del último paso por Cantabria, para no dejar olvidado el blog, el tiempo esta vez fue perfecto, y pudimos aprovechar las recientes nevadas para pegar los primeros trotes por montaña.

Y sobre todo muchos kilómetros en bici,con la grupera del Ave, siempre sufriendo, un modo rápido y doloroso de coger el puntillo de forma, con alguna salidada en solitario por los puertos nevados.

Impresionante  el mar embravecido en la costa de Liencres, en la playa del Madero.

Aprovechamos para visitar el nacimiento del Asón, lugar impresionante donde los haya, siempre que visito algo así en Cantabria  pienso lo mismo, si estaría en Australia, o en otro país del estilo , esto seria mundialmente conocido, la gente viajaría de todo el mundo a caminar por la zona y habría una variedad interminable de actividades de turismo sostenible en la naturaleza , pero aquí, pienso que no sabemos sacar partido del impresionante patrimonio natural que tenemos.
Eso si, se agradece poder visitar estas maravilllas en completa soledad.

Y aunque Cantabria no sea muy grande, lo bueno esque todavía guarda sorpresas, como el bosque de secuoias del monte Corona, que sorprendentemente no conocía a pesar de estar a escasos 20 kilómetros de casa, se trata de secuoias australianas, que fueron plantadas durante la época franquista en un intento de aprovechar su madera, afortunadamente no cuajó el negocio, y hoy nos quedó esta pequeña joya , en extensión, pero no en altura, impresionante lugar.

 

Y para el final dejamos el estreno del equipo de esqui de montaña, fui a Alto Campoo, solo, no me fio de ninguno de mis amigos para el primer día, una gozada subir con las tablas, bajar ya fue otra historia después de 16 años sin esquiar, y solo fue durante 4 días, pero con la adecuada dosis de motivación, creo que en el próximo viaje me pondré las pilas para no hacer mucho el ridículo e los descensos, eso espero.